Una actuación bicéfala. San Martín mostró dos facetas contrapuestas. Una en cada tiempo. Los efectos de la somnolencia fueron letales en la primera mitad al punto de que recibió tres goles de Almirante Brown. La “fragata” fue un rival efectivo que le sacó el jugo a cada llegada al arco de Darío Sand. Cuando parecía tener el partido en el bolsillo, el “santo” reaccionó y logró el empate que forzó los penales. Pero, no tuvo final feliz. Después de remar tanto, el equipo de Diego Flores se ahogó en la orilla.
El 4-4-2 inicial fue ineficaz. San Martín manejó la pelota. Pero, cayó en el mismo vicio de los últimos partidos: la falta de profundidad. Tal es así que el “santo” no pudo inquietar a la muralla planteada por Daniel Bazán Vera. “Indio” aplicó una fórmula sencilla: mantener el orden defensivo y aprovechar los errores del “santo”.
La pérdida de Leonardo Monje y el mal posicionamiento de Sand fueron las causas del primer tanto de Tomás Almada. Santiago Gauna dio el segundo martillazo. El volante ingresó sin marca al área y lanzó un remate inatajable. El tercero tuvo a Agustín Dattola en el ojo de la tormenta. El defensor perdió la marca de Almada, que puso el pase para que Tomás Díaz defina desde la medialuna.
Toda esta situación obligó a Flores a cambiar de esquema. El DT hizo ingresar a Guillermo Ferracuti, Pablo Hernández y Nicolás Moreno. De este forma, modificó el dibujo a un 3-4-3. Las novedades fueron varias: Gustavo Abregú como líbero; “Chuny” y Lautaro Fedele -luego reemplazado por Gonzalo Rodríguez– como extremos; “Tucu” como eje del equipo; Gonzalo Bettini y Nahuel Banegas como carrileros.
Las respuestas no tardaron en llegar. El ex Central Córdoba estuvo más suelto y logró hacer la diferencia por la banda izquierda. Marcó dos tantos y fue una constante amenaza al área de Ramiro Martínez.
Juan Cuevas también elevó el nivel. El volante encontró más sociedades en el ataque. Hernández, en tanto, le dio mayor claridad al medio campo.
Los cambios de dibujo no terminaron allí. Con el ingreso de Gonzalo Klusener para hacer un doble “9” con Junior Arias, Flores reunió cuatro delanteros (3-3-4) en los últimos minutos. Puso toda la carne en el asador y tuvo los resultados deseados. El misionero logró el empate de manera agónica para que San Martín tenga una vida más.
La inefectividad y la falta de precisión terminaron siendo los protagonistas de la tanda de penales. Sand tapó dos penales pero no fue suficiente para ser el héroe de la jornada. Hernández le dio al palo derecho, mientras que “Mono” Martínez tapó los penales de Arias y Moreno.
Así, San Martín volvió a reprobar. No aprovechó el envión anímico y se quedó con las manos vacías. Ahora tendrá un solo objetivo en la temporada: el ascenso.