La aparición de los nuevos videos del crimen del peluquero de Recoleta permitió conocer las escalofriantes últimas palabras que le dijo Abel Guzmán a Germán Medina antes de matarlo de un disparo en la cabeza.
Mediodía Noticias (eltrece) realizó una lectura de labios de los comentarios que hizo el homicida a cada una de las personas que estaban presentes en el momento en que cometió el crimen.
Juan Verdini, el dueño de la peluquería, es quien parece mantener la conversación con Abel Guzmán en el inicio de la secuencia. Apenas unos segundos después, el peluquero sacó el arma de la cintura, la cargó, lo miró fijo y le dijo: “¿Cómo?”.
Ante la tensa situación, el peluquero que tenía una gorra puesta se acercó al agresor y le tocó el brazo para tratar de calmarlo. “No me toqués”, fue la respuesta que esbozó Guzmán de manera intempestiva.
Luego de hablar unos segundos, el atacante se acercó a Germán Medina y se puso detrás de la única mujer que había en la sala. La joven se levantó de la silla para escapar y eso provocó una nueva reacción de quien tenía el arma. “¿Ah sí? Sentate ahí, sentate ahí”, expresó.
Acto seguido, el asesino volvió a dirigirse a Verdini y le recordó la reunión que le había pedido unos minutos atrás. “Hace rato te buscaba”, le dijo mientras el resto lo miraba estupefacto.
“¿Ustedes se dan cuenta? ¿Qué decis?”, les gritó a todos los empleados cuando la situación escalaba cada vez más. Ante el movimiento del dueño de la peluquería, Guzmán respondió: “Te quedás ahí, es con él”, mientras señalaba a Medina.
Fue en ese mismo instante en que el agresor miró fijo a la cara a su compañero de trabajo y antes de disparar le dijo: “Mirame”. Luego apretó el gatillo y lo asesinó a sangre fría para después intentar escapar.
La hipótesis que maneja la Justicia detrás del crimen del peluquero
Los investigadores estiman que el peluquero Abel Guzmán habría asesinado al colorista Germán Medina, su compañero de trabajo, por “un problema que tenían con el formol”. La hipótesis surge de todas las declaraciones testimoniales que tomó el fiscal Patricio Lugones.
Los testigos contaron que Guzmán y Medina tenían una mala relación laboral. Según recabaron los agentes, la víctima le había avisado al dueño, Facundo Verdini, que el acusado utilizaba formol con las clientas, un producto que está prohibido por su alto grado de toxicidad.
El dueño del local bajó de categoría como colorista al acusado de asesinato y puso a la víctima en su lugar. Los investigadores creen que este habría sido el motivo que desencadenó el crimen.
Por otra parte, investigan si el acusado sabía tirar, ya que en las imágenes del crimen, captadas por las cámaras de seguridad del local, se lo ve a Guzmán con una postura firme ejecutando un disparo certero.